Si quieres conocer las razones por la que se mueve un implante dental y tomar las medidas adecuadas para evitarlo, tienes que seguir leyendo.
Cuando un implante dental se mueve, puede ser verdaderamente preocupante para quienes lo tienen. No solo le causa molestia a la hora de masticar o hablar, sino que puede producir graves problemas de salud bucal.
Afortunadamente, en la mayoría de los casos, no resulta ser grave y un odontólogo con experiencia puede solventarlo con rapidez.
Aun así, es muy importante que los pacientes conozcan cuáles pueden ser las razones por las que se mueve un implante dental. Esto, con el objetivo de evitar cometer errores, que puedan provocar esta incómoda situación.
¿Por qué se mueve un implante dental?
Son muchos los motivos por los que se mueve un implante dental, en vista de que se trata de una pieza sumamente delicada. A pesar de estar elaborada con materiales de suma resistencia, un mal movimiento, error en su colocación o impacto externo, puede influir en el despliegue del implante. Pero entonces, ¿cuáles son las causas para que se mueva un implante dental?
- Falta de osteointegración
Probablemente, la razón principal del despliegue de los implantes tenga relación con la falta de osteointegración. Ya que se trata de un proceso mediante el cual el implante se une firmemente al hueso maxilar o mandibular, es muy importante que se efectúe adecuadamente. De lo contrario, el implante puede moverse y comenzar a molestar.
No obstante, es importante mencionar que durante los primeros meses después de la cirugía, cuando el tornillo de titanio se está fijando al hueso, es normal percibir cierta movilidad. Pero, una vez completado el ciclo de osteointegración, que dura entre dos y tres meses aproximadamente, el implante debería estar completamente fijado al hueso.
- Pérdida de fijación de la prótesis o corona
Si se considera que los implantes dentales constan de dos partes principales, es mucho más sencillo poder comprender cómo se pueden desplazar. Por un lado, se encuentra el tornillo de titanio, que se coloca en el hueso y actúa como la raíz del diente. Por otra parte, la corona o prótesis, que se coloca sobre el tornillo para restaurar la función masticatoria y la estética.
Lo cierto es que, cuando alguna de sus partes pierde su fijación, pueden surgir una serie de complicaciones. Desde inflamación y dolor, sangrado, infección, periimplantitis, rotura del tornillo, pérdida de fragmentos de la prótesis, hasta la completa fractura del implante.
De cualquier forma, la pérdida de la fijación de alguna de sus partes conduce indudablemente al movimiento del implante.
- Traumatismo, exceso de mordida o golpe
Como es lógico, un impacto por pequeño que sea, o simplemente una mordida excesivamente fuerte pueden llegar a afectar la estabilidad de los implantes dentales.
En el caso de los impactos directos en la zona donde se encuentra el implante, se puede dañar el tejido circundante, el hueso, o incluso las partes del implante, afectando hasta moverlo. De ahí que, se pueda debilitar la fijación y dañar considerablemente la función del implante dental.
En cuanto a la fuerza de la mordida, si una persona ejerce una presión excesiva al morder o masticar, podría provocar aflojamiento o incluso fractura del implante. Esto es especialmente delicado para quienes no han corregido la oclusión de sus dientes, es decir, la forma en que sus dientes superiores e inferiores encajan entre sí, pues existiría una carga desigual en los implantes.
- Periimplantitis
Otro de los motivos por lo que los implantes dentales pueden llegar a moverse, es debido a la periimplantitis. Esta enfermedad es capaz de afectar al hueso que rodea el implante, caracterizándose por la inflamación y la pérdida del tejido en la zona periimplantaria.
Debido a la inflamación y el enrojecimiento, la encía alrededor del implante se inflama y puede sangrar. En consecuencia, la sensación de dolor e incomodidad en la zona es enorme, hasta el punto en que el implante puede volverse ligeramente móvil debido a la pérdida de tejido y hueso.
- Deficiencia ósea
La cantidad y calidad del hueso en el área de la mandíbula donde se coloca el implante puede determinar si el implante se moverá o no en el futuro. En realidad, cuando una persona pierde un diente o una muela, la estructura ósea original en esa zona puede comenzar a absorberse debido a la falta de estímulos.
Y es que, el hueso es un tejido vivo y funcional, y necesita la presión que ejercen los dientes durante la función masticatoria para mantenerse saludable. Sin esta estimulación, la reabsorción ósea puede ser enorme.
Ahora bien, si existe una deficiencia ósea significativa, el implante puede carecer de una base sólida para fusionarse correctamente con el hueso circundante. La falta de soporte óseo adecuado puede hacer que el implante sea inestable y se mueva con el tiempo.