Una de las soluciones ideales para estos problemas son los implantes cigomáticos. La pérdida ósea suele afectar seriamente a los pacientes que buscan tener una buena sonrisa y este tipo de implantes presentan una solución ideal.
Los implantes cigomáticos son una solución odontológica avanzada y efectiva para pacientes que presentan pérdida severa de hueso en la mandíbula superior. En casos donde los implantes dentales convencionales no son viables debido a la falta de soporte óseo, los implantes cigomáticos ofrecen una alternativa efectiva.
Este procedimiento implica la inserción de uno o más implantes en el hueso cigomático, que es más denso y resistente que el hueso maxilar.
Estos implantes proporcionan una base sólida para la colocación de prótesis dentales fijas, restaurando la función masticatoria y la estética facial del paciente.
Gracias a este tipo de implantes, no es necesario los injertos óseos adicionales, reduciendo el tiempo y la complejidad del tratamiento.
Si bien realizar este tipo de tratamiento requiere de habilidades especializadas por parte del cirujano dental, ofrece una recuperación más rápida y una mejora significativa en la calidad de vida del paciente.
El procedimiento para realizar implantes cigomáticos incluyen los siguientes pasos:
Evaluación y planificación: El primer paso es una evaluación exhaustiva del paciente por parte del cirujano maxilofacial o periodoncista. En esta evaluación se realizan radiografías y escaneos CT para evaluar la cantidad y calidad del hueso disponible, así como para determinar la idoneidad del paciente para implantes cigomáticos.
Diseño del tratamiento: Partiendo de los resultados de la evaluación, se crea un plan de tratamiento personalizado para el paciente. Esto incluye la posición y el número de implantes cigomáticos necesarios, así como el diseño de la prótesis dental.
Preparación preoperatoria: Antes de la cirugía, se pueden requerir preparativos preoperatorios, como la extracción de dientes o el tratamiento de cualquier infección presente en la boca.
Cirugía: Durante la cirugía, el profesional intentará acceder al hueso cigomático mediante una incisión. Se perfora un orificio en el hueso para colocar los implantes cigomáticos, que se extienden desde el hueso cigomático hasta la región de la mandíbula superior. Generalmente, se coloca una prótesis provisional sobre los implantes para protegerlos.
Recuperación: Después de la cirugía, se inicia el proceso de recuperación. El tiempo de recuperación puede variar según el paciente. Sin embargo, por lo general, se recomienda un período de varios meses para permitir que los implantes se integren completamente con el hueso circundante.
Colocación de la prótesis definitiva: Una vez que los implantes cigomáticos se han integrado con éxito, se toman impresiones de la boca del paciente para fabricar la prótesis dental definitiva. Esta prótesis se fija de manera segura sobre los implantes, restaurando la función masticatoria y la estética facial del paciente.
Seguimiento y cuidado continuo: Después de la colocación de la prótesis definitiva, se programan citas de seguimiento para monitorear la salud oral del paciente y realizar ajustes si es necesario. Es crucial que el paciente mantenga una buena higiene oral y realice visitas regulares al dentista para garantizar la longevidad y el éxito a largo plazo de los implantes cigomáticos.
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Los candidatos ideales son aquellos con pérdida ósea severa en la mandíbula superior, debido a enfermedades periodontales avanzadas, extracciones dentales previas, traumatismos faciales o atrofia maxilar, y que no pueden recibir implantes convencionales debido a la falta de soporte óseo adecuado.
El proceso varía según las necesidades del paciente. Por lo general, desde la evaluación inicial hasta la colocación de la prótesis definitiva, puede llevar varios meses. Esto incluye evaluación, planificación, cirugía, cicatrización y colocación de la prótesis.
Los implantes cigomáticos tienen una tasa de éxito muy alta, superando generalmente el 95%. El éxito depende de la habilidad del cirujano, la salud del paciente y la calidad del hueso cigomático.
Como cualquier cirugía, hay riesgos como infecciones, sangrado excesivo o lesiones de nervios. Sin embargo, son bajos cuando se realiza por profesionales experimentados en un entorno adecuado. Es crucial seguir las indicaciones postoperatorias y asistir a controles regulares.
Este tipo de cirugías se realiza con sedación y en quirófano. Por este motivo, el paciente deberá permanecer unas horas en la clínica después de la intervención. Una vez dado de alta, deberá tomar la medicación indicada por el doctor y seguir sus recomendaciones para evitar posibles infecciones y aliviar el dolor. En unos días desaparecerán las molestias. No obstante, es muy importante que el paciente acuda regularmente a sus revisiones con el doctor para asegurar la durabilidad del tratamiento.
Este tipo de implantes son una opción para aquellos pacientes que no tengan suficiente hueso maxilar y quieran disfrutar de las ventajas que ofrece una prótesis fija. No obstante, existen alternativas como el injerto de hueso y la elevación de seno, que permiten la colocación de implantes convencionales.
Los implantes cigomáticos son unos implantes extra largos cuya longitud se debe a su lugar de colocación. Los implantes subperiósticos son unos implantes personalizados a la anatomía de cada mandíbula.
