a) Raspado y alisado radicular:

Busca eliminar la placa bacteriana y el sarro acumulados debajo de las encías, tanto por encima como por debajo del margen gingival. Esto, con la finalidad de eliminar la fuente de la infección y crear un ambiente favorable para la cicatrización.

Por lo general, se aplica anestesia local para minimizar las molestias durante el procedimiento, el cual se realiza en sesiones de 1 a 2 horas por cuadrante dental.

b) Antibióticos sistémicos o locales:

Se prescriben en casos de infección bacteriana activa o cuando el raspado y alisado radicular no son suficientes.

c) Irrigación bucal:

Complementa el raspado y alisado radicular mediante la limpieza profunda de las bolsas periodontales con agua a presión. Su objetivo es eliminar las bacterias y los restos de comida que se acumulan en las bolsas periodontales. Esto reduce la inflamación y el sangrado de las encías.

a) Cirugía periodontal:

Se realiza en casos de periodontitis avanzada cuando las opciones no quirúrgicas no son suficientes. Con esta cirugía se busca acceder a zonas de difícil limpieza debajo de las encías para eliminar las bacterias y el tejido infectado. Existen dos tipos de cirugía periodontal

• Cirugía de colgajo: Se levanta un colgajo de tejido gingival para acceder a las raíces de los dientes y eliminar el sarro.
• Cirugía de reducción de bolsa: Se reduce la profundidad de las bolsas periodontales para facilitar la limpieza.

b) Regeneración periodontal:

Con la regeneración periodontal se estimula el crecimiento del tejido perdido, como el hueso y el ligamento periodontal. Las técnicas que se usan son:

• Injertos de hueso o tejido blando: Se utilizan para reemplazar el tejido perdido.
• Proteínas de crecimiento: Se aplican para estimular la regeneración tisular.

Indicación: Casos con pérdida ósea significativa.